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Mejora tu salud con una dieta baja en carbohidratos

La salud es lo que más debemos cuidar. Si estamos sanas podemos realizar nuestra rutina diaria sin problemas, afrontar dificultades sin enfermarnos y mantener una estabilidad mental.

Una buena salud no solo significa seguir una rutina de ejercicios de forma constante, sino también comer balanceado y manteniendo el peso. Para ello, debemos cuidar las cantidades que ingerimos de proteínas, grasas y carbohidratos. De estos tres nutrientes, los últimos son los que gozan de peor fama, gracias al extendido mito de que su ingesta produce un aumento de peso.

Sin embargo, los carbohidratos también son esenciales para la vida, por ello si quieres saber cómo mejorar tu salud haciendo unos pequeños cambios en tu alimentación, sigue leyendo.

Qué son los carbohidratos

Los carbohidratos, también conocidos como glúcidos o azúcares, son uno de los macronutrientes que proporcionan más energía al cuerpo, siendo los otros las proteínas y los lípidos (grasas).

Los glúcidos son llamados carbohidratos debido a los elementos que los componen, es decir, carbono, hidrógeno y oxígeno.

La glucosa es la molécula más fácil de digerir en su forma más simple: los azúcares. Y a su vez, puede darte una sensación de saciedad en su versión más compleja, por eso podemos distinguir tres tipos de carbohidratos:

  • Azúcares: son las moléculas más simples y las que más rápido se consumen. Pueden agregarse en la comida como azúcar en los dulces o alimentos procesados. También se encuentran de manera natural en frutas, verduras o leche.
  • Almidón: son carbohidratos complejos, formados por muchos azúcares simples unidos, por lo que el cuerpo necesita descomponerlos para usar su forma más simple como energía. Se localiza en la pasta, los cereales y el pan.
  • Fibra: es un carbohidrato compuesto que, en su mayoría, no puede ser absorbido por el cuerpo. Consumir fibra no solo ayuda a sentirse más saciado y a no comer en exceso, sino que interviene en otros procesos importantes como la digestión, facilitando el paso intestinal o ayudando a bajar el colesterol y la azúcar en sangre. La fibra se puede encontrar en las legumbres, las frutas, las verduras, las harinas integrales y los frutos secos.

Una alimentación variada es una de las claves para la salud, lo cual se mide por las calorías.

Qué son las calorías

Es una unidad usada en la nutrición para medir la cantidad de energía que gastamos y obtenemos a lo largo del día para realizar todas nuestras actividades. Estas calorías las obtenemos a través de las proteínas, las grasas y las glucosas que ingerimos en las comidas

Cada cuerpo necesita un número de calorías para funcionar perfectamente, si consumimos menos de esa cantidad bajamos de peso y si ingerimos más, lo ganamos. El problema de los glúcidos es que los azúcares son adictivos y aceleran el metabolismo, por lo que al consumirlos necesitamos ingerir más. Si a eso le sumamos que la mayoría de estos glúcidos están en los alimentos ultra procesados que también tienen otros componentes y una cantidad calórica mayor, deberemos hacer más actividades para quemar todo este aporte.

Por último, un exceso de azúcar afecta a los dientes, aumenta los niveles de estrés y de tensión y a larga puede generar diabetes y otras patologías realmente serias, si no se trata.

Beneficios de una dieta baja en carbohidratos

Los carbohidratos no son en sí malos. De hecho, la fibra es un tipo de carbohidrato y ayuda a bajar los niveles de colesterol y mejora el estreñimiento. Así mismo, la pasta nos ayuda a sentirnos saciados, por lo que no podemos eliminarlos de nuestra vida. Lo que sí debemos hacer es reducir el nivel de azúcar que consumimos, ya que así disfrutaremos de muchos beneficios como:

  1. Pérdida de peso: si quitamos el azúcar del panorama y nos alimentamos con otros glúcidos como la fibra o los almidones, tendremos una sensación de saciedad, podremos controlar nuestro apetito e ingerir menos calorías; por lo que iremos perdiendo peso. Si a esto le agregamos una rutina de ejercicios, el cambio será aún más positivo.
  2. Mayor pérdida de grasa: al reducir la ingesta de azúcar, el cuerpo tiene que sacar energía de otro lado: las grasas. Si las grasas se reducen también disminuimos la probabilidad de sufrir enfermedades cardiovasculares como la hipertensión arterial.
  3. Mejora la sensibilidad a los receptores de la insulina: esta hormona se libera cuando hay exceso de glucosa en la sangre y se encarga de transportarla a las células para convertirla en energía. Si el cuerpo ha sido expuesto a altos niveles de azúcar, los receptores celulares se insensibilizan y la glucosa queda en la sangre, lo que a la larga puede terminar desarrollando diabetes. Si eliminamos la ingesta de azúcar, los receptores mejorarán su sensibilidad a la insulina, nos sentiremos con más energía y estaremos más sanas.

De todas maneras, antes de empezar a reducir tus raciones de carbohidratos, sería recomendable que consultaras a tu médico o un nutricionista, ya que no todas necesitamos el mismo consumo calórico y podrán indicar cuál es la mejor dieta para tu organismo.

 No dejes de hacer ejercicio

Para hacer más eficiente este cambio, lo mejor sería que hicieras una rutina de ejercicios que te ayude a mantener tu salud y figura, mientras estás acompañada por personas que tienen los mismos intereses que tú.

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