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Probióticos: ¿buenos o malos para tu salud?

Seguramente te hayas preguntado muchas veces si es bueno tomar probióticos. Hoy te contamos todo sobre ellos para que tú misma tengas clara la respuesta al llegar al final. ¡Sigue leyendo!

¿Qué son los probióticos?

Los probióticos son microorganismos vivos que aportan beneficios a nuestra salud cuando se ingieren en una cantidad adecuada. El Premio Nobel Elie Metchnikoff (1845-1916) fue el encargado de  descubrir que la ingesta de lácteos fermentados retrasaba el envejecimiento. De hecho, la palabra probiótico es de origen griego y significa “a favor de la vida”.

Debemos ser conscientes de la diferencia entre probióticos y prebióticos para no confundirlos. Mientras que los primeros son microorganismos contenidos en alimentos o suplementos, los segundos son fibras vegetales que sirven de nutrientes a esos microorganismos. Los prebióticos se encuentran en el ajo, la soja, la alcachofa o el plátano, por ejemplo.

Para qué sirven los probióticos

Los microorganismos de los probióticos ya están presentes de forma natural en nuestra microbiota y cumplen con diversas funciones, entre las que se encuentran la digestión de alimentos, la producción de vitaminas, el correcto desarrollo del sistema inmunológico y la reducción del pH del tubo digestivo. Así, al consumirlos reforzamos la presencia de los mismos en nuestro organismo y nos aseguramos de que llevan a cabo su cometido.

Beneficios de los probióticos

La microbiota existe desde que nacemos y no cambia hasta los 3 años de edad. Luego, puede sufrir alteraciones debido a la dieta, el estrés, las infecciones o la ingesta de antibióticos, lo que puede llegar a causar celiaquía, colitis ulcerosa o gastritis, entre otras enfermedades.

Los probióticos, presentes de forma natural en diferentes alimentos, tienen el poder de restaurar la microbiota. Estos son algunos de los alimentos probióticos:

  • Yogur: producto lácteo obtenido mediante la fermentación de la leche.
  • Aceitunas y encurtidos: alimentos sumergidos en una solución de sal que se fermentan con la ayuda de un microorganismo inocuo. Este proceso también puede llevarse a cabo con vinagre.
  • Chucrut: col blanca fermentada muy consumida en los países centroeuropeos, tal y como Alemania, Suiza, Polonia o Austria.
  • Queso crudo: queso no pasteurizado. Mejor si es de veja o de cabra. Algunos de ellos son la mozzarella, el requesón o el gouda.
  • Kombucha: bebida fermentada y efervescente de sabor ácido hecha a partir de té negro. Es originaria de China y Japón.
  • Kéfir: alimento similar al yogur líquido. Puede ser de leche o de agua y es de origen turco y ruso.
  • Kimchi: col fermentada acompañada de ajo y pimiento, lo que le otorga un sabor picante. Es típica de Corea.
  • Miso: pasta de semillas de soja y sal fermentada con hongo koji. Normalmente se consume en sopas o salsas. Es especialmente consumido en Japón.
  • Tempeh: soja fermentada muy popular en Indonesia. Muchas veces se utiliza como sustituto de la carne.

Cuándo tomar probióticos

Los probióticos pueden ser incluidos en nuestra dieta a través de los alimentos explicados anteriormente. No obstante, siempre podemos optar por tomarlos en forma de medicamento: en cápsulas, sobres o comprimidos.

A la pregunta de cuándo tomarlos, la respuesta es clara: si los vamos a consumir a través de yogures, quesos o tés podemos hacerlo cuando queramos, mientras que para ingerirlos mediante suplementos debemos consultar a un médico. Luego, el prospecto nos indicará la dosis correcta.

Ten en cuenta que los probióticos suelen recomendarse en los casos de diarrea, dermatitis atópica o estreñimiento.

 

Seguro que ahora tienes claros todos los beneficios que nos aportan los probióticos. Inclúyelos en tu dieta para asegurar que tu microbiota se mantiene en condiciones óptimas.

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